Estoy pensando en que cuando viaje voy a comprarme libros. Hace tiempo pienso que necesito libros, libros modernos, libros livianos, libros de lenguaje fluido, libros como ese que una vez me prestaron y que yo preste y aun no me devolvieron.
Los libros están demasiado caros, el año pasado me lleve una desilusión terrible con unos libros de Henry Miller, y este año me lleve una desilusión terrible con Sándwiches de la Realidad de Allen Ginberg, así que me los baje a los dos de Internet.
*Aun así mis manos sienten la ausencia. Las pinzas de las puertas de los ojos. La apertura de la vida en la vida de los otros, la mente de los otros, el vomito de los otros, el café que se tomaron los otros, la pausa para ir al baño mientras escribían los otros, en nosotros impulsados por el desasosiego de la incertidumbre, la carcajada del loco y el aburrimiento, la soledad precisa en instantes de inmortalidad y el bagaje absurdo y desolador.
Te tocaste mientras te escribías el orgasmo, y te leías mientras te lamías los chorros, a chorros temblabas sobre la silla que pervertía tus manos, los ojos que comían la desnudes de tu boca, satisfacción e histeria.Ser expulsado de este mundo precario, diminuto dentro de una ventana inmensa. El eco, la voz, el encanto.Sin fin.
Almuerzo: milanesas con papas fritas.Delicado.
Desayuno: te con leche.Empezamos bien.
En cualquier momento si no me mato yo antes mato al teléfono.
Escribir alrededor de las gomas me da placer.
Hoy si no me calmo cacheteame.